Remedios Caseros
Una planta para cada dolencia

El empleo de las plantas medicinales con fines curativos es una práctica que se ha utilizado desde tiempo inmemorial. Durante mucho tiempo los remedios naturales, y sobre todo las plantas medicinales, fueron el principal e incluso el único recurso de que disponían los médicos.
La gran diversidad de especies que nos ofrece la naturaleza, permite encontrar el remedio concreto capaz de mejorar cada síntoma.

I.- Dolores de cabeza

Tienen procedencia y características distintas, se pueden calmar a base de plantas sedantes como el limonero y el tilo, y si tienen origen digestivo, mediante la albahaca y la verónica. Por su parte, el cardo mariano ofrece ventajas en el caso de las jaquecas provocadas por tensión vascular, ya que actúa como regulador de este sistema. También la melisa es adecuada para combatir las cefaleas con la virtud de que relaja los estados de nerviosismo. La forma habitual de tomarla es en infusión. Ventajas similares ofrece la valeriana, que aunque se comercializa en cápsulas, se puede preparar cociendo sus raíces.

II.- Estrés y ansiedad

Es adecuado recurrir a especies como el espino albar, la conocidísima tila, la borraja, el hipérico y, por supuesto, la valeriana. El espino álbar está indicado cuando el estrés se acompaña de insomnio. Lo ideal es beber un par de tazas diarias de la infusión elaborada con sus flores secas. Por su parte, la borraja actúa como equilibradora hormonal, mientras que el hipérico, como tónico nervioso. Igualmente resulta un antiestresante eficaz el kava kava, que es posible conseguir en los herbolarios en forma de cápsulas. Otras alternativas son el aceite de trigo y la levadura de cerveza.

III.- Gripes y resfriados

Para los catarros pulmonares, una opción es la tisana de pétalos de amapola y la caléndula, que durante siglos se ha empleado contra los enfriamientos y la gripe. Por su parte, el rizoma de lirio actúa como un buen expectorante, mientras que el llantén se emplea frente a las bronquitis y los catarros rebeldes. También para mejorar estos últimos se utiliza el saúco en infusión y la malva; otras especies contra la gripe son el ajo, el eucalipto, el laurel y el romero tomados en infusión.

IV.- Problemas estomacales e intestinales

Constituyen otro grupo de trastornos muy frecuentes. Para combatir la diarrea hay que optar por las plantas que tengan propiedades astringentes. Basta con elaborar una decocción de frutos del bosque, como el endrino y el arándano. De otros, como la fresa, se obtienen las propiedades medicinales mediante el preparado de sus hojas. La ajedrea atesora virtudes similares a ellos y el poleo va bien para tratar los dolores que suelen acompañar la diarrea. El estreñimiento se combate con plantas reguladoras del tránsito intestinal como la malva y el malvadisco, que poseen una acción laxante suave, o el pensamiento y la ortiga, que se toma en infusión. Un efecto más potente y por tanto, hay que tener cuidado en su uso, ofrecen el áloe, el sen y el boj, del que se usa la corteza en infusión. Para aliviar los gases, nada mejor que el anís, el comino y el laurel, mientras que frente a la acidez de estómago pueden ir bien la salvia en infusión y la albahaca tomada de la misma forma. En el capítulo de los tónicos gástricos y digestivos, la lista de plantas es amplia: alcaravea, apio, centaura, coriandro, lino, manzanilla, poleo y verbena.

V.- Sistema óseo y muscular

Por su capacidad antiinflamatoria y calmante, la manzanilla se emplea para problemas óseos, al igual que el harpagofito. El sauce está indicado para trastornos de carácter reumático, artritis y artrosis, al igual que la ulmaria. El ajo también es un remedio apropiado contra las molestias reumáticas y frente a los dolores de espalda, van bien la menta y el hipérico. Estas dos especies, de la misma manera que el romero y el tomillo, se pueden emplear de forma externa a través de baños y aceites esenciales que se extienden en las zonas doloridas, así como en las articulaciones del cuerpo en general.

VI.- Piel y ojos

Para los ojos cansados e inflamados están la eufrasia y la manzanilla que, en infusión una vez fría, se aplica con un algodón sobre los párpados, ayudando a reducir la congestión y las bolsas. Un efecto parecido brindan la caléndula y el aciano. Las mismas variedades tienen acción positiva frente a la conjuntivitis. En el caso de los orzuelos, es posible recurrir al tomillo y el aloe de forma externa. Este último resulta excelente para la piel gracias a sus propiedades cicatrizantes y emolientes. Por su parte, la acedera es un estupendo desinfectante, la caléndula se usa para hacer desaparecer las verrugas y la fumaria combate los eczemas y la dermatosis.